Caminantes en Buenos Aires
								 Caminantes por Buenos Aires
				  
                  
                    Es suficiente para salir a las calles de gran comercio y
                    Turismo para inhalar la fragancia invisible en Buenos
                      Aires. Atmósfera es imposible determinar que
                    huele a Scrum y más amplio irradiado araña, metrópoli de
                    viento contaminado con vigorosas Brisas populares sociales
                    procedentes de tiempos lejanos e historias de personas. Es
                    raspar la piel en la calle, oliendo las paredes de las
                    casas, inhalando el tiempo para dejarlo
                    libre junto con el aire que las cosas que usted puede
                    sentirse ligeramente porosas. Un poco.
                    
                    
                    En el albergue ayer conocí a Gu Tae, un
                    chico coreano para descubrir la América del Sur. Medio alto,
                    esbelto, delgado pero no rebelde cabello negro. La tomé en
                    obstruido y colorido barrio de La Boca. LB
                    Justo fuera de las calles deslumbrante llenas de
                    aficionados, bus y grupos de archivos cruzamos el rito de
                    familias dedicadas carne parrilla Street, antigua tiendas
                    con propietarios que llevaban los mismos aromas de sus
                    bienes, oscuro, casas con techos y paredes de cartón y pequeñas
                      ventanas, antiguas historias de inmigración.
                    
                    
                    Al azar deambulando por calles y caminos,
                    llegamos a la cancha del Club Atlético Boca Juniors; No sé
                    cómo y no recuerdo qué extraña ubicación, pocos minutos
                    después estábamos entre escaleras de estadio vacíos,
                    rodeados de boca j asientos de plásticos y hueco iluminado,
                    bajo la hierba vimos el cielo lleno de América.
                    
                    
                    En la zona del estadio, bajo las
                    escaleras, encontramos varios grupos de muchachos dirigidos
                    por entrenadores jóvenes. Estábamos aquí observar en
                    silencio la gente tratando de mirar el mundo con sus iris:
                    los niños que pasan la pelota con la seriedad que emula adultos,
                    conservando el entrenador, ansioso por padres y complaciente
                    listo para traer inicio sus hijos. Respirar profundamente el
                    aire luz y lugar muy popular.
                    
                    Antes de tomar el autobús para ir en el
                    centro de la ciudad, Gu Tae dice que le gustaría comer unos
                    helados. Supongo que ella había leído en algún sitio que en
                    Buenos Aires son buen helado, o sólo tenía que comer a uno,
                    de todos modos nos fuimos buscando un eladeria. SALVAME DE CAMINAR LUXURY Caminantes en Buenos Aires.
                    
                    
                    Sentado en un banco de madera helados con baños termales que
                    sobrevuela el aire de la ciudad de Buenos,
                    Gu Tae me contó de su país, colinas verdes y honking tráfico
                    en Seúl. He hablado con una lejana ciudad llena de mercados
                    y casas encaladas, caliente viento Norte que trae ríos
                    tropicales y arena mezcla recuerdos sin olvidar.
                    
                    Dos ciudades, dos mundos, transmitidas por los seguidores
                    nostálgicos de la soledad.